La Poesía de
Vanessa Fens
Pasiones luminiscentes
Añoro el hotel
de obscuras recámaras
el aroma a cortinas sucias…
sus quemantes almohadas
repletas de pasiones luminiscentes,
visitas periódicas y espasmos paralelos
…Desintegrarme…
entre sudores radioactivos
deslizándose en torno a los dos
….tomarás el resto.
Los bozales están sueltos
entra, riega las paredes
gotea sin tregua con espuma salvaje
abriendo los bordes,
surcos emotivamente húmedos
de brasas sutiles contenidas,
ocultas.
Luego tú mismo levántame toda
…invítame a respirarte.
Encuentro dos tiempos,
nos persiguen dardos inalámbricos,
intensas esferas
adornando la intimidad del crepúsculo.
vinculada al vacío como Jezabel
hundida en sus concupiscencias
… Desintegrarme…
Si añoro la rebeldía del tiempo
abusando de mi,
serán los días, las horas desérticas
las que por un minuto
traspasarán la gruta
llenando de sollozos
lo que no fue percibido…
Luego tú mismo, levántame toda
… Invítame a respirarte.
Manchas heterogéneas
Camino bajo la hipnosis cíclica de mi rutina
en medio de pantallas de símbolos desérticos,
de locales estruendosos con aroma sepulcral
y antros en tinieblas repletos de personajes fundamentalistas…
Sobrevivo en la interacción profunda de los transeúntes
que apresuran sus pasos sumergiéndolos
en la hostilidad estática del silencio aparente,
casi una plenitud paradosal de esta desahuciada sociedad
la cual pertenece al grupo de los crisantemos amorfos…
El sol desapareció entre las grietas celestes del anochecer
no funcionaban los semáforos de viento,
tuve un dramático despertar
sigzageando con listones color Neón
en medio de la tormenta celeste
y caí en atrofiadas dimensiones irreconocibles.
Quisiera ahogar los absurdos golpes del tic tac sanguíneo;
no vivir en cada una de las vidas escritas en El Éxodo,
al final las promesas del Levítico
se reducen a espectros columpiándose
en las persianas de las décadas.
Esa noche
ráfagas de viento corrían a 100 km por hora
busqué, no encontré a nadie,
¿quién había escrito ese nombre en los vitrales?
la estancia permaneció vacía
solo quedaron fragmentos blanquioxidados
de algo prematuro, de pálido semblante,
solo manchas heterogéneas triturando el aire en luces lácteas;
luego… Bajo la hipnosis cíclica…
Recuerdo ese cadaver invertebrado con extremidades ultravioletas…
Durante años regresaba de vez en cuando…
Como un pleonasmo de prematuras imágenes Heterogéneas.
Arsénico extravío
Animales de reserva
distorsionados en la versión humana
en su origen y cúspide,
acechando los lánguidos recreos exasperantes
no consentidos,
entre la vulnerable lucidez
y el Arsénico extravío.
Lo que quedará hoy…
ese absurdo ocultismo
ese instinto gélido,
otra vez… la materia inédita.
Abrázame fuerte
hasta sentir la inhumana opulencia
hazme creer un no, o un si
que a momentos pueda ver
las sonrisas astringentes
salirse del espejo.
Dentro de algunos minutos,
entraré al colapso extenuante
de sádicos rituales.
… El Padre nuestro interrumpido,
rastros bañados
con la indisoluble ingenuidad
los cuales uno a uno desaparecerán
en las subliminales orgías
donde amanecen los Ángeles pubertos…
Animales de reserva en la versión
humana escuchando
su incinerado vuelo
dentro de las fisuras silenciosas;
pudores falaces
fusionan sus cuerpos hambrientos
del candor ausente.
… El padre nuestro interrumpido…
Ángeles pubertos de Arsénico extravío.
Vanessa Fens (Lariza Fentanes) (Veracruz, México) radica en Londres. Es escritora y bailarina. Cursó la licenciatura en Derecho entre la Universidad Veracruzana y la UNAM. Emigró a Italia en 1998. A partir de 2001 participa durante 19 años como integrante del Staff de la Condesa Pinina Garavaglia, en dos grupos de performance teatral: Infusione y Los brillantes. Ha publicado en el periódico Formato7, en la columna “Territorio de palabras“ del periódico El Mercurio de Veracruz y en la revista Peregrinos y sus Letras (Tucson, Arizona, EE. UU.), entre otros. Publica para las revistas de creación literaria: Sombra del Aire (desde el 2016), Nocturnario (desde 2018) y Cardenal (2021).